domingo, 28 de febrero de 2010

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ODIO por sobremanera tener 16 años y que falte tanto para cumplir 18.
ODIO no tener más días de vacaciones, sabiendo que quedan muchísimas cosas por hacer.
ODIO no poder hacer nada por un amigo que está bajoneado por algo.
ODIO tener que compartir mi computadora con mi mamá, sabiendo que lee mis conversaciones con ÉL.
ODIO que haya gente que se cree que se las sabe todas solo por salir todos los fines de semana.
ODIO que esa gente tenga más ego que cerebro.
ODIO que hablen de mi a mis espaldas, por eso yo hablo a las espaldas de esa gente.
ODIO que las personas se hagan las que tienen códigos cuando eso es lo que menos tienen.
ODIO el alto grado de falsedad que hay en ciertas personas.
ODIO que se la den de amigas y sean las más garcas.
ODIO que piensen que voy a aprobar todo el año solo porque mi mamá conoce a todos los profesores.
ODIO que esas personas sean tan ignorantes.
ODIO que mi abuela haga comentarios mientras estoy viendo la tele y no me deje escuchar.
ODIO a las cornudas concientes que no dejan en paz a ese pibe que las engaña solo por egoistas.
ODIO que haya pibas que piensen que Bariloche es para cojer.
ODIO que conocer a muchas de esas pibas.
ODIO la gente que critica a las demás personas y no se critican a ellos mismos.
ODIO no poder decir esto en voz alta.
ODIO ser tan ingenua.
ODIO que Megavideo me corte los capítulos de One Tree Hill a la mitad y tener que esperar 52 minutos para seguir viendo.
ODIO que repitan el final de Valientes.
ODIO tener pocos códigos.

AMO ser como soy.

viernes, 26 de febrero de 2010

Códigos.-

Creo que las amistades tienen un límite llamado CÓDIGOS, el cual todos suelen tener el día que se forma la amistad. Sin embargo, poco a poco los códigos se pierden por motivos diferentes y es ahí cuando uno se da cuenta quien es realmente tu verdadero amigo y quien es simplemente tu amigo. Por ejemplo, en 2007 me gustaba un chico y se lo había dicho a mis dos mejores amigas. En el cumpleaños de una de mis mejores (al cual no pude ir por el cumpleaños de mi tía) la chica del cumpleaños se comió al chico que me gustaba. En su momento, como es de esperarse, me enojé como nunca antes, mas terminé olvidando el asunto. ¿Quién iba a decir que un año después iba a estar en el mismo lugar (o, mejor dicho, en uno peor) que el de mi ex-mejor amiga? Sí gente, fui tan hija de puta que me cagué en la amistad y dejé que mis hormonas reaccionaran frente a cualquier uso de razón que podría haber tenido. Lo admito abiertamente, TENGO POCOS CÓDIGOS. Y digo pocos porque nunca le haría eso a ninguna de mis verdaderas amigas. Ellas saben quienes son, no hace falta que las nombre, pero a lo que voy es que una vez que esos códigos no se respetan la amistad se rompe y, lamentablemente, es irrecuperable.
También, sé de casos en el que Ana y Lola son mejores amigas, casi hermanas. Ana se come a Juan en un cumpleaños, cuando se ven se lo termina comiendo, en el verano se van al mismo lado de vacaciones y, obviamente, se lo come y, cuando llega ese día en el que Juan rebota a Ana porque está atrás de otra chica, en el cumpleaños de una amiga en común de ambos, Lola tiene el descaro de comerse a Juan, sabiendo que su mejor amiga Ana fue rebotada por Juan y que estaba pasando la puerta del garage. Otro caso, Pepe se chamuya a Ana por meses, Ana le da cabida, Pepe le corta el mambo después de un tiempo y la garca de Lola se come a Pepe. Después de todo esto, Ana y Lola siguen siendo mejores amigas y yo me pregunto: Ana, ¿vos sos pelotuda o estás estudiando para recibirte? Una cosa es que te comas al pibe de tu mejor amiga pasado un año, cuando sabes que ninguna de las dos partes tiene onda, NO cuando sabes que tu mejor amiga le sigue teniendo ganas. Esas cosas ni yo soy capaz de hacerlas.
Otro de los temas, dejando de lado a los hombres, es el tema de la confianza y la sinceridad. Si una amiga te pregunta cómo le queda una remera hay dos formas de responder:
Positivamente,
- Te queda divina, me encanta como te queda ese color.
Negativamente,
- ¿No te gusta más en color verde? No tenés ninguna remera verde y ese color te queda re bien con tu color de pelo.
NUNCA, y creo que soy clara cuando te digo que NUNCA, podes responder negativamente de esta forma:
- Ay te queda horrible, te hace ver gorda y te marca los rollos de costado. A mi, ninguna de las remeras que me pruebo me marcan.
Realmente es una forra la pelotuda que te dice eso, y créanme cuando les digo que las hay. No cuesta nada disimular tu desagrado por el mal gusto que tiene tu amiga a la hora de ir de shopping y renovar su guardarropa, simplemente necesita una buena amiga dispuesta a recorrer millones de cuadras para conseguir ESO que busca. No es tan difícil ni es ningún sacrificio. El acompañar a una amiga de compras por los lugares más reconditos de la Capital Federal y alrededores es un código básico a la hora de entablar una amistad. "Siempre estarás dispuesta a organizar una salida de compras con amigas." Ley del Código de Amistad.
También está el código llamado Sinceridad Ante Todo. Una cosa es decir "Sinceramente, no me gusta eso de ir a un boliche y comerme a un pibe.", otra muy distinta es decir "Tampoco quiero ir a bailar y ser como vos.". Sin nada de carpa, eso quiere decir SOS PUTA. Eso no es ser sincera, es ser FORRA. Forra e hiriente. Obviamente si te dicen eso te vas a enojar y, obvio, me enojé. Me enojé, perdoné, pero NO olvidé. Y duele mucho que una amiga te trate así cuando no sabe como sos ni que pensás ni lo que hacés cuando salis, porque una amiga que no conoce la otra cara de su amiga no está derecho de opinar, o por lo menos de hacer un comentario tan hiriente. Y, como dice el grupo de Facebook: "Hay mucha gente que llegó tarde a la repartición de Códigos", pero hay mucha más que ni siquiera fue a buscarlos.